miércoles, 18 de febrero de 2015

EL SÍNDROME DE ASPERGER

El síndrome de Asperger (AS) es un trastorno severo del desarrollo, pertenece al espectro autista. Los niños con este diagnóstico presentan severas dificultades en el ámbito social, conductual y de lenguaje. Dentro de las características principales de un niño aspie encontramos:

  • Pocas habilidades sociales para establecer relación con niños y/o adultos.
  • Problemas para comprender sentimientos e intenciones de las otras personas.
  • Dificultad para entablar una conversación y mantenerla.
  • Se altera fácilmente ante un cambio en las rutinas o situaciones cotidianas.
  • Su lenguaje es literal así como su comprensión. No comprende chistes, sarcasmos, ni ironías.
  • Parece ser muy sensible a sonidos fuertes, colores, olores; es decir, a sensaciones en general.
  • Su interés se limita a pocas cosas y aquellas que le gustan parecen obsesionarle.
  • Puede ser físicamente torpe.
  • No tiene amigos.

Un niño o adulto con Asperger tiene un pensamiento lógico, concreto e hiperrealista. Su problemática no es evidente a la vista, ésta se manifiesta en el comportamiento social, lo que provoca conflictos para sí mismo y su familia con el entorno.

Es un trastorno muy frecuente, de 3 a 7 por cada 1000 personas lo padecen. Es más frecuente en niños que en niñas y se diagnostica, generalmente, en edad escolar, es decir, cuando el niño asiste al kinder o la primaria, que son los lugares donde los niños comienzan a entablar relaciones sociales con otros niños y otras personas fuera de su entorno familiar.

Generalmente el diagnóstico lo realizan paidopsiquiatras, quienes son psiquiatras especializados en niños; el paidopsiquiatra llevará una parte del tratamiento y la otra deberá estar a cargo de una terapeuta de lenguaje quien le ayudará con las habilidades lingüísticas.

En cuanto al tratamiento, cabe resaltar que no hay cura, sin embargo, una adecuada identificación; una atención temprana y un buen ambiente familiar y escolar permitirán un mejor ajuste social, personal, lingüístico y emocional en la vida adulta.

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